Preparar

Normalmente la comida que llevamos a la oficina es preparada el día anterior. Hay alimentos que suponen más riesgo que otros, teniendo en cuenta que la comida se va a consumir un día después de haber sido cocinada.

Hay que tener cuidado con comidas o salsas que contengan huevo crudo, como la mahonesa. Si se pretende agregar mahonesa a las comidas, es mejor que ésta sea comercial. Por otro lado las tortillas poco cuajadas, pueden ser también un riesgo que podemos evitar cocinando la tortilla un poco más.

Lo más prudente y cómodo, es cocinar para varios días y congelar en raciones individuales para poder sacarlas poco a poco del congelador y disponer de varios platos diferentes durante toda la semana.

Guardar

Los envases que utilicemos deber ser de materiales «Aptos para uso alimentario» y aptos para meterlos en el congelador. No se debe utilizar envases previamente usados para otros fines no alimentarios y deben de ser herméticos.

Los alimentos recién cocinados no deben ir inmediatamente a la nevera o al congelador. Cuando se hayan enfriado, se tapan herméticamente y se guardan refrigerados. Cuidado con dejarse la comida enfriando fuera del frigorífico por más de una hora.

Si optamos por una comida fría, la ración debe introducirse en un recipiente limpio, cerrado herméticamente y conservarlo en el frigorífico desde la víspera.

Transportar

Algunas comidas como sopas o purés pueden transportarse calientes en termos, aunque la temperatura dentro del termo no debería bajar de los 65º C.

La comida debe de pasar el mínimo tiempo posible desde la nevera de casa a la nevera del trabajo. Es necesario utilizar bolsas isotérmicas para trasladar los recipientes con comida. Si el trayecto al trabajo es largo, lo mejor es utilizar un acumulador de frío que mantenga una temperatura adecuada en la bolsa isotérmica.

Recalentar

En el trabajo normalmente se recalientan los alimentos utilizando un horno microondas. Es importante disponer de «plato giratorio» para evitar la generación de zonas frías y calientes en el alimento, algo muy común puesto que este tipo de hornos tienden a calentar el alimento de forma desigual.

 

RECOMENDACIONES PARA EL USO DEL MICROONDAS

  • Utiliza solo recipientes «Aptos para microondas». Estos recipientes están diseñados para este uso y aguantan temperaturas altas sobre todo las producidas por alimentos que tengan grasas o aceites y azucares. Con esto evitamos un fenómeno que se denomina «Migración». Las migraciones ocurren cuando se utilizan materiales no aptos para el uso especificado, y sus componentes pasan a la comida que estamos calentando. Cuanto más nos saltemos estas recomendaciones más nos expondremos a estos componentes que pueden acarrear problemas de salud.
  • No utilice recipientes o bandejas del supermercado para calentar los alimentos en el microondas, salvo que el fabricante así lo exprese. Algunos plásticos pueden fundirse con el calor y pueden provocar derrames y/o quemaduras.
  • Los envases de los productos como las margarinas y las bandejas de espuma de las carnes no son aptas para su uso en el microondas.
  • Los recipientes de comida para llevar no suelen ser aptos para uso en microondas (salvo que lleven el icono de «Apto para microondas»), por lo que es recomendable utilizar un recipiente adecuado, si queremos recalentar esa comida.

Fecha de creación: 06-09-2010

Fecha de actualización: 07-08-2018