¿Qué alimentos debemos guardar en la nevera y cuáles no?
Es verdad que la refrigeración es uno de los principales métodos de conservación de los alimentos, pero no todos los alimentos deberían guardarse en la nevera.
A determinados alimentos las temperaturas bajas y la humedad perjudican su calidad organoléptica (sabor, textura, olor) y pueden llegar a provocar su deterioro (formación de hongos). Por tanto, es necesario conocer cuáles son los alimentos que no deben guardarse en el frigorífico.
Refrigeración: Aliada de la Seguridad Alimentaria
Una cuarta parte de las intoxicaciones alimentarias se deben a una inadecuada refrigeración, ya que los microorganismos patógenos se reproducen con gran rapidez si se encuentran a temperatura ambiente y condiciones favorables de humedad.
Por ello, guardar la mayoría de los alimentos en la nevera garantiza la seguridad alimentaria, pero hay que conocer cómo hacerlo de manera correcta. Además, en el caso de algunos alimentos la refrigeración perjudica su calidad y puede llegar a su deterioro.
Alimentos que NO deben guardarse en la nevera
Es importante conocer a que alimentos les perjudica las temperaturas bajas y la humedad de la refrigeración y saber cuáles son sus mejores condiciones de conservación.
Tomates
La temperatura de refrigeración retrasa su proceso de maduración, así como rompe las membranas de las paredes celulares, por lo que, los tomates no maduran en la nevera, pierden su sabor y se vuelven harinosos. Por tanto, deben almacenarse a temperatura ambiente.
Plátanos
Al igual que los tomates, la temperatura fría de la nevera, retrasa el proceso de maduración, por lo que deben estar a temperatura ambiente para su maduración. También es cierto que si los plátanos están muy maduros y no van a consumirse inmediatamente, se pueden guardar en la nevera para que no se estropeen, y, aunque se rompan las membranas de la piel y por eso se vuelva marrón o negro, por dentro, el plátano está en perfecto estado para su consumo.
Patatas
La temperatura fría y la humedad de la nevera, provoca que el almidón de las patatas se transforme en azúcar cambiando su sabor, así como su textura, porque se vuelve más harinoso. Además, contendrá mayores niveles de acrilamida al freírse o hornearse a altas temperaturas. Por tanto, las patatas deben almacenarse siempre en un lugar fresco, seco y oscuro.
Cebollas y Ajos
La humedad del frigorífico favorece la formación de mohos, así como paraliza el proceso de maduración neutralizando su sabor aromático. Por ello, la mejor manera de almacenar tanto las cebollas como los ajos es en un lugar fresco, seco y oscuro.
* Se recomienda almacenar tanto las patatas, cebollas y ajos en bolsas de tela/papel para evitar la luz directa que favorece la oxidación, y nunca en bolsas de plástico que acelera la germinación y el deterioro debido a la falta de circulación de aire.
Pan
Las temperaturas frías aceleran el proceso de cristalización, por lo que el pan (incluido el pan de molde) se vuelve seco y duro, y pierde su sabor si se guarda en la nevera. Por tanto, debe almacenarse en un lugar fresco y seco, y en bolsa de tela o papel, pero nunca en plástico.
Aceite de oliva
Las temperaturas bajas provocan que el aceite se condensa y se vuelve sólido, con una consistencia similar a la mantequilla. Debe almacenarse en un lugar fresco y oscuro, ya que la luz acelera la oxidación.
Café
La temperatura fría y la humedad del frigorífico hace que pierda su sabor y olor tan aromático y se deteriore más rápidamente. El café debe conservarse en un lugar fresco y oscuro.
Chocolate
El frío y la humedad de la nevera de refrigeración provocan que se forme en el chocolate una capa blanca debido a la cristalización del azúcar alterando su sabor intenso. Por ello, debe guardarse en un lugar alejado de la luz directa y a temperatura ambiente.
Miel
Al igual que con el chocolate, la baja temperatura hace que los azucares se cristalicen, modificando su sabor y textura. La miel debe conservarse a temperatura ambiente en un envase bien cerrado.
Frutas tropicales: piña, melón, sandía, mango, aguacate, kiwi, melocotón
Al ser frutas de climas cálidos, la baja temperatura de la nevera las perjudica, acelerando su descomposición, impidiendo su correcta maduración y alternado su sabor y textura natural. No obstante, si están muy maduros por altas temperaturas y no se consumen inmediatamente, pueden guardarse en la nevera algunos días para alargar su vida útil.
¿Se pueden guardar alimentos calientes en la nevera?
Alimentos que SÍ deben guardarse en la nevera
Por el contrario, las hortalizas sí se deben refrigerar, pero es conveniente tener en cuenta las siguientes recomendaciones para una mejor conservación en la nevera:
- Colocarlas en el cajón inferior de frutas y verduras, porque es el lugar con menor humedad de la nevera y mayor temperatura (10ºC), ya que a temperaturas más bajas pueden estropearse.
- Limpiarlas y lavarlas. Antes de su consumo, sea crudo o cocinado, es necesario lavarlas para eliminar los restos de tierra, abonos, así como desechar las partes con cortes, heridas o marchitadas. Todo ello con el fin de que los microorganismos y otros contaminantes no pasen al interior de la hortaliza.
- Envases. La mayoría de hortalizas adquiridas en grandes superficies vienen envasadas en bandejitas de poliespan con plástico transparente perforado para evitar la condensación de agua de las propias hortalizas. Por tanto, se recomienda almacenarlas en dichos envases. Si se adquieren a granel, se deben colocar en el cajón tal cual y nunca en bolsas de plástico porque aceleraría la formación de hongos.
Si se siguen estas recomendaciones, las hortalizas pueden durar hasta 7 días en buenas condiciones de consumo, excepto las hortalizas de hoja verde (lechuga, espinaca, acelgas) que son más delicadas y permanecen en buen estado máximo tres días.
Fecha de creación: 04-10-2016