Alrededor de un tercio de los alimentos destinados al consumo humano se desperdician, lo que suponen a nivel mundial 1,3 millones de toneladas de residuos al año. Un informe publicado por la Comisión Europea cifra en 179 kg los alimentos en buen estado que cada ciudadano europeo arrojamos a la basura.

¿Por qué se desperdician tantos alimentos?

El desperdicio de alimentos tiene lugar a lo largo de toda la cadena alimentaria, tanto en la producción como en la distribución y venta de alimentos, pero se ha comprobado que más del 40% es desperdiciado en los hogares, debido principalmente a la falta de planificación en las compras, a la confusión con los datos que aparecen en la etiqueta (fechas de caducidad y recomendaciones de almacenamiento), al desecho de sobras, etc.

¿Qué consecuencias tiene que se tire tanta comida?

La producción de alimentos consume gran cantidad de energía y de recursos, cada vez más escasos, como el agua o el uso de la tierra. Además, la producción de alimentos genera el 17% de las emisiones directas de gases de efecto invernadero y entre el 20 y el 30% de los impactos ambientales. Por tanto, además del despilfarro económico que supone, el impacto sobre el medioambiente y el agotamiento de los recursos es evidente.

¿Qué podemos hacer los consumidores?

Aplicando estos sencillos consejos en el hogar, se puede reducir hasta el 60% de los alimentos desperdiciados, con el consiguiente ahorro económico y la protección del medio ambiente que supone:

  • Planificar el menú semanal, comprobar los ingredientes que hay en la despensa y elaborar una lista de la compra solo con lo que se necesite.
  • Durante la compra, atenerse a la lista, no dejarse tentar por las ofertas, y comprar la fruta y la verdura por piezas, para poder comprar la cantidad que se necesita.
  • Comprobar las fechas de caducidad y de consumo preferente, si no se va a consumir de inmediato, coger el producto que más tarde caduque.
  • Almacenar los productos adecuadamente, según las instrucciones de los envases, o en la nevera si se debe conservar entre 1 y 5 °C. Se recomienda colocar detrás los productos recién comprados para consumir antes los más antiguos.
  • Servir raciones pequeñas, es preferible repetir que dejar comida en el plato.
  • Aprovechar los restos de comida: guardar las sobras para la cena o el día siguiente, y si no congelarlas para otra ocasión. La fruta demasiado madura puede aprovecharse para hacer batidos o tartas y las verduras para sopas o purés.
  • Convertir los residuos en abono para el jardín o las plantas. Con las mondas de frutas y verduras se puede elaborar un compost que servirá de excelente abono.

¿Cuál es la diferencia entre la fecha de caducidad y de consumo preferente?

El 20% de los alimentos que se desechan en los hogares es debido a la confusión entre estos dos conceptos que aparecen en la etiqueta, que conviene aclarar bien:

La fecha de caducidad de un alimento indica el límite a partir del cual el alimento no debe consumirse, ya que desde el punto de vista sanitario deja de ser seguro. Este término se utiliza en alimentos muy perecederos, como productos lácteos, carnes o pescados. La fecha se indica con el día, mes y año, y el alimento puede ser consumido hasta el mismo día de la fecha indicada.

La fecha de consumo preferente hace referencia a la fecha en la que el alimento mantiene intactas las características que lo definen, como el sabor, el aroma, el color o la textura. A partir de esa fecha, el alimento se puede consumir, porque su consumo no implica ningún riesgo para la salud, aunque no se garantizan sus propiedades, es decir, que algunas de las características sensoriales del alimento pueden verse alteradas. Este término se utiliza para alimentos con poco agua o deshidratados y esterilizados (legumbres, cereales, aceite, latas, etc).

En cualquiera de los dos casos, en el etiquetado figurarán las condiciones de conservación que deben respetarse para asegurar la duración indicada. Si no se cumplen estas condiciones, la vida del producto se acorta considerablemente. También es importante indicar que una vez abierto el envase, la fecha de caducidad o de consumo preferente se acorta.

Por tanto, aunque el alimento haya superado la fecha de consumo preferente, no es necesario desecharlo, ya que no supone ningún riesgo para la salud.

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Fecha de creación: 18-07-2012