En la alimentación infantil, la introducción progresiva de alimentos es algo que provoca mucha confusión. Aunque entre los pediatras suelen existir pequeñas variaciones, generalmente se sigue una pauta muy similar en la fecha de introducción de los diferentes alimentos.

Durante los seis primeros meses de vida, la principal recomendación de la OMS es la lactancia, preferiblemente materna. A partir del sexto mes, se va introduciendo lo que se denomina la alimentación complementaria, comenzando con los cereales sin gluten y posteriormente por las frutas y verduras. Es conveniente incorporar los diferentes alimentos a la dieta de una forma progresiva, es decir, esperar entre 4 y 7 días entre un alimento y otro alimento nuevo, para detectar posibles intolerancias o reacciones alérgicas.

Las verduras… ¿por cuál empezar?

Aunque las verduras son poco calóricas, su introducción en la dieta infantil es muy importante, porque aportan fibra, vitaminas y sales minerales indispensables para el correcto crecimiento del bebé.

Al iniciar al lactante en la ingesta de verduras, se recomienda comenzar con la patata y la zanahoria, continuando con las judías verdes, cebollas, calabacín, calabaza, puerro, tomate y apio. Posteriormente se pueden ir añadiendo otro tipo de verduras, excepto las espinacas y acelgas, que sólo se deben introducir a partir del primer año de vida, debido a su posible alto contenido en nitratos. Es aconsejable también evitar verduras que puedan provocar aires, como las coles (col, coliflor, etc.).

¿Por qué no puedo dar espinacas y acelgas al bebé?

Las espinacas y acelgas en determinadas épocas del año pueden contener elevadas cantidades de nitratos. Estos compuestos se encuentran de manera natural en los vegetales, y depende de la luz que recibe el cultivo. Una elevada intensidad lumínica favorece la fotosíntesis, lo que reduce el contenido de nitratos. Por este motivo, los cultivos de invierno tienen concentraciones de nitratos superiores a los de verano y los cultivos en los países del norte de Europa presentan niveles superiores a los de la zona sur. Por la misma razón, los cultivos al aire libre tienen menor contenido en nitratos que los de invernadero.

Los nitratos son relativamente poco tóxicos, pero durante la digestión se reducen a nitritos, que en altas concentraciones pueden originar metahemoglobinemia, especialmente en bebés y niños de corta edad, debido a la inmadurez de su aparato digestivo. Esta enfermedad es conocida como «síndrome del bebe azul».

¿Qué ocurre si le doy espinacas y acelgas a mi bebé?

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) afirma que para bebés de entre 6 y 12 meses de edad es poco probable el consumo de espinacas sea una preocupación para la salud, teniendo en cuenta que éstas formarían parte de la dieta como uno de los ingredientes del puré. Sin embargo, en el caso de que se diese más de una ración de puré con espinacas al día (que contenga más del 50% de espinacas), no se podría descartar el riesgo. Por este motivo, y por precaución, se recomienda no introducir espinacas hasta el año de vida del bebé.

En cuanto a las acelgas, al ser verduras muy poco consumidas en Europa, EFSA no emite ninguna recomendación. En España, el consumo de acelgas es muy similar al de espinacas, incluso superior en algunas regiones, por lo que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), tras evaluar el riesgo, aconseja que tampoco las acelgas sean consumidas por los bebés.

¿Y a partir del año de edad, pueden consumirlas?

Se recomienda empezar NO ANTES del año de vida (ver excepciones en tabla resumen de recomendaciones). 

Entre 1 y 3 años de edad, se recomienda no dar más de media ración de espinacas y acelgas al día (una guarnición de 45 gramos).

Igualmente, es importante no dar espinacas y/o acelgas a los niños y niñas que presenten infecciones bacterianas gastrointestinales, ya que estos son más sensibles a los nitratos.

¿Qué ocurre con la lechuga?

El contenido de nitratos en lechuga es menor que en acelgas y espinacas, aunque varía de la misma forma según la época del año. El Panel de Contaminantes de la Cadena Alimentaria de EFSA afirma que los niveles de nitratos en lechuga no presentan ningún riesgo para la salud de los bebés y niños de corta edad, por lo que SE PUEDE INCLUIR en la dieta sin ningún problema.

¿Cómo sé si las espinacas y acelgas que compro no contienen exceso de nitratos?

A nivel europeo, se ha establecido límites máximos de nitratos en lechugas y espinacas, así como en alimentos infantiles, mediante el Reglamento 1881/2006. Las verduras destinadas a consumo humano no deben superar estos límites, y para garantizar su cumplimiento las autoridades están obligadas a efectuar los correspondientes controles oficiales. Para acelgas, no existen límites legales, por lo que las autoridades suelen utilizar los establecidos para las espinacas cuando realizan controles en acelga.

¿Cuál es la mejor forma de preparar los purés de verduras?

A la hora de preparar cualquier tipo de comida, es imprescindible seguir unas correctas pautas higiénicas, más aun cuando se trata de poblaciones sensibles, como niños de corta edad o personas mayores. El lavado de manos antes de manipular alimentos es imprescindible, así como la limpieza de los utensilios de cocina, como cuchillos y tablas de cocina, para evitar posibles contaminaciones cruzadas de un alimento a otro.

Para la elaboración de los purés de verduras, se recomienda:

  • Cocer las verduras con la menor cantidad de agua posible (las sales minerales quedan disueltas en el caldo de cocción) y el tiempo justo para que estén blandas, ya que una cocción prolongada hace que los alimentos pierdan sus nutrientes. Para ello, lo más adecuado es cocinarlas en la olla a presión.
  • Triturar preferiblemente con el pasapurés, para lograr una textura más agradable y evitar las hebras que podrían provocar arcadas en el bebe.
  • Variar la combinación de las verduras cada día para evitar que el niño se acostumbre a un mismo sabor y se aburra.
  • Hasta el primer año de vida es recomendable no añadir sal, aunque se aconseja añadir una cucharadita de postre (5 ml) de aceite de oliva.

¿Cuánto tiempo puedo guardar el puré en la nevera?

La temperatura ambiente, o incluso la refrigeración, facilita la conversión de los nitratos a nitritos, por lo que se recomienda que si el puré no va a ser consumido inmediatamente, se conserve en el frigorífico, y si el consumo no se va a realizar en el mismo día de su elaboración, se conserve en el congelador.

Resumen de las recomendaciones