¿Es seguro comprar las frutas cortadas?

La piel es una protección natural que tienen todas las frutas. Una vez peladas, la pulpa o carne queda expuesta a posible contaminación, por lo que se debe consumirla inmediatamente.

Cada vez es más habitual comercializar la fruta cortada, sobre todo las frutas voluminosas como melones o sandías. Si las frutas se han cortado de manera higiénica y se han conservado de manera adecuada, el posible riesgo de contaminación se minimiza en gran medida.

¿Qué podemos hacer para evitar el riesgo de contaminación?

antes posible

Si se compran las frutas cortadas en trozos pequeños o en zumo, se deben consumir inmediatamente.


refirgeración

Si se compran las frutas de mayor tamaño en mitades o cuartos, se deben refrigerar cuanto antes al llegar a casa y consumirlas en 2 ó 3 días.


calor

Es importante preguntar en el comercio cuándo han sido cortadas las frutas, lo ideal sería el corte en el momento de la compra, pero cuanto menos tiempo haya pasado desde que se han cortado mejor.

En ningún caso las frutas cortadas deben estar más de 3 horas a temperatura ambiente (>25ºC).


film transparente

Al manipular en el hogar las frutas compradas cortadas, se debe hacer de manera higiénica, y una vez cortado el trozo a consumir, se debe cubrir de nuevo con film transparente o papel de aluminio y mantener en refrigeración.

¿Qué riesgos puede haber en las frutas cortadas?

El principal riesgo que existe es la contaminación microbiológica. Algunas frutas son más susceptibles de contaminarse que otras, dependiendo de la cantidad de agua, de la acidez o de la maduración de cada fruta.

Los principales microorganismos que podemos encontrar en las frutas cortadas son:

  • Bacterias: son las más habituales y las más peligrosas, ya que no se pueden ver a simple vista.
  • Hongos: aparecen en forma de mohos filamentosos, alteran la fruta rápidamente y se ve fácilmente que la fruta está contaminada.
  • Virus: son menos frecuentes y aparecen cuando las frutas han sido regadas o lavadas con aguas contaminadas.

Entre estos microorganismos, algunos pueden ser perjudiciales para nuestra salud, como son Salmonella, Escherichia coli, Clostridrium perfringens, Bacillus cereus o Listeria.