Con la llegada del buen tiempo, mucha gente sale a practicar actividades al aire libre en la naturaleza, como por ejemplo el montañismo.

Durante la práctica de deportes al aire libre, podemos encontrarnos con animales (tanto domésticos como salvajes) que pueden ser transmisores de determinados patógenos. Una placentera marcha por el monte se puede convertir, por desconocimiento, en un problema que requiera de tratamiento médico.

Por eso, como medida de prevención, es recomendable controlar y/o evitar estas dos fuentes de patógenos en la naturaleza: las garrapatas y las zonas de refugio de animales de montaña.

Garrapatas

Son artrópodos que parasitan a los animales (doméstico y silvestres) y se alimentan de su sangre. Al picar para ingerirla, pueden contagiarnos con diferentes enfermedades animales, que también afectan a humanos, las ZOONOSIS.

Depende de la especie de garrapata, pero por norma general viven en el suelo, y suelen ocultarse entre la hierba o los arbustos. Aunque las hay adaptadas al interior de madrigueras e incluso en las construcciones humanas, como perreras.

Algunas de estas zoonosis requieren de tratamiento médico como: enfermedad de Lyme, anaplasmosis, babesiosis, fiebre de Crimea-Congo…entre otras.

La probabilidad de contraer una de estas enfermedades depende de factores como el lugar donde vive la garrapata, el tipo de garrapata y el tiempo que estuvo enganchada a tu cuerpo.

La mejor forma de prevenir estas enfermedades es evitar su picadura siguiendo estas recomendaciones:

  • Utiliza ropa y calzado que cubra todo el cuerpo: manga y pantalón largos, botas cerradas con calcetines que cubran la parte inferior de los pantalones.
  • Usa ropa de color claro para verlas más fácilmente.
  • Pon atención a las zonas con vegetación cerrada y praderas con hierba alta: camina mejor por el centro del camino que entre la hierba y evita sentarte directamente en ella.
  • Usa repelentes autorizados en el equipo: ropa, botas o tienda de campaña…
  • Aplica un antiparasitario externo a tu perro.

Después de estar al aire libre:

Hay que revisar bien la ropa para no llevarse ninguna garrapata. Revisa todo tu cuerpo, el mejor momento es tras la ducha, revisa bien tu piel para detectar picaduras o alguna garrapata que esté enganchada. Pueden pasar desapercibidas, ya que, la picadura suele ser indolora.

Revisa las siguientes partes del cuerpo:

Si encuentras una garrapata enganchada: hay que extraerla cuanto antes. Una garrapata puede contagiarnos de alguna enfermedad si esta adherida e ingiere nuestra sangre durante varias horas.

Cómo extraer una garrapata: olvida los remedios caseros como aceites y vinagres, etc… ya que, pueden hacerles regurgitar el contenido de su estómago junto con sus patógenos. La mejor técnica es usar unas pinzas de borde romo y punta, sujeta la garrapata firmemente lo más cerca posible de la piel bien estirada y tira de ella suavemente hacia arriba (como se observa en el dibujo). Es muy importante evitar aplastarla. Limpia la zona con agua y jabón, aplica un antiséptico y lávate las manos.

IMPORTANTE: En los días siguientes si tienes fiebre o sarpullido, busca atención médica.

Zonas de refugio de animales: Fiebre Q

La fiebre Q es una enfermedad que afecta ovejas, cabras y vacas y también al ser humano, es una ZOONOSIS.

Esta puede contagiarse fácilmente al respirar aire contaminado con partículas de polvo junto con la bacteria causante de la enfermedad.

Los animales montanos, como ovejas y cabras, utilizan las cuevas como parideras (lugares para dar a luz), ya que les suministran el refugio que necesitan. Durante el parto, las ovejas y cabras pueden propagar la bacteria, que puede aguantar mucho tiempo.

Estos animales suelen parir en la primavera, momento que coincide con nuestras actividades al aire libre. Por ello, durante la práctica de actividades al aire libre hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones para prevenir un contagio:

  • Evitar las zonas de refugio de animales (cuevas) que hayan podido ser usadas por animales en libertad.
  • Evitar el contacto con animales (ovejas, cabras y vacas), especialmente, mientras los animales están pariendo.
  • Evitar que los perros entren en contacto con los restos biológicos mencionados

Menos de la mitad de las personas infectadas contrae la enfermedad y la mayoría de las infecciones son leves. Los síntomas suelen aparecer alrededor de las 2 semanas tras la exposición, así que, si presentas fiebre alta, cefalea, dolores musculares y de garganta, náuseas, vómitos, o incluso dolores de pecho y estómago, busca atención médica, ya que, seguramente, requerirás de un tratamiento antibiótico.

Fecha creación: 08-05-2021